viernes, 24 de julio de 2009

Los conflictos generacionales

La mitología griega es una fuente fabulosa de experiencias humanas reveladas a través de leyendas e historias y nos habla de los arquetipos. Los arquetipos son huellas o patrones de conducta. Acceder a tu mito personal es la oportunidad de resolver tus conflictos y encontrarlo es la llave para resolverlos. Los mitos más conocidos son los de Edipo y el de Electra. Ambos están relacionados al conflicto generado entre mami papi e hijo y mami papi e hija.

Los mitos nos hablan de las primeras luchas por la supremacía del poder, del amor, del rechazo, del abandono, de la frustración, de la muerte. La primera relación significativa de cada persona, conflictiva o no, es con el padre y la madre. Esas relaciones siempre dejan una marca y traen una secuela en el presente. No importa si el padre y/o la madre vivan, en el inconsciente, el drama permanece.

Las relaciones papi, mami, hijos deberían ser de “un amor compasivo y de una aceptación absoluta”. Lo escribo entre comillas porque esa es la situación ideal donde cada ser humano merecería criarse dentro de un hogar perfecto. Sin embargo y lamentablemente, eso, en la inmensa mayoría de casos, no existe. Es importante reconocer que sí hay personas que disfrutan de una hermosa relación con su padre y su madre. Son personas adultas estables que enfrentan situaciones de vida exitosamente y sin mayores dificultades. Casi nunca piden ayuda psicológica.

Sin embargo, cuando a mi oficina llegan pacientes con situaciones terribles y aparentemente inaceptables, difícilmente franqueables, sé por experiencia que su relato de vida es el de una persona adulta con conflictos presentes enraizados a una infancia en que se formaron ciertos nudos, pequeñitos en principio, que ahora son enormes nudos gorguianos. Los conflictos generacionales se arrastran y suprimidos o reprimidos, desplazados o proyectados, atascan e inmovilizan la vida adulta.

Enfrentar estos conflictos infantiles permite resolverlos. Si estás enfrentando una situación actual en tu vida, ya sea conflictiva o dolorosa o angustiante, sabes que tienes opciones para desbaratar esos nudos. Tú sí mereces movilizarte a una nueva conciencia y salirte de una trampa estéril de patrones infantiles que ya no te sirven. Si deseas puedes llamarme a la oficina al teléfono 787-793-4307.

miércoles, 1 de julio de 2009

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Elina Guisasola PH D

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Elina Guisasola

Entre el Compromiso y La Pasion

Si vives con la sensación de que dos fuerzas tiran de tí, y sientes como si con esas fuerzas que te halan, te pudieras partir en cualquier momento, este mensaje es para tí. En mi escucha terapéutica he escuchado a muchas personas, mujeres y hombres, que viven con una sensación de incertidumbre y desasosiego y por éso, en muchos casos prefieren seguir halados por ambas fuerzas. Estas fuerzas son compromiso y pasión. Soltar uno de ellos, es en apariencia imposible. El deseo de la persona es a continuar con ambas fuerzas aún sabiendo que es difícil mantenerse en equilibrio. En el proceso de psicoterapia, la persona encuentra siempre el camino más saludable anímicamente.

Recuerdo muchos casos, en especial a esta mujer, joven profesional, casada con un hijo y una hija menores, con su tiempo dividido entre su hogar y su trabajo, que entre broma y serio comenzó una relación con un compañero de trabajo también casado. Robar tiempo al corto tiempo disponible era un reto y ambos lo enfrentaron. Luego de meses de vivir esta pasión, mi paciente se dio cuenta de que se había enamorado y que vivía una pasión que la hacía sentirse renovada y que esta relación la llenaba de "energía para enfrentar su vida rutinaria de esposa y madre", según sus propias palabras. Entre pasión y culpa, comenzó su psicoterapia para saber qué hacer y cuál era su mejor opción. Luego de varias sesiones, su decisión fue divorciarse y tiempo después, decidió romper con su amante. En otro caso, mi paciente era un hombre, casado, con tres hijos adolescentes y una esposa que trabajaba atendiendo su propio negocio, mi paciente decidió dejar su pasión y hablar con su esposa, dejándole saber lo sucedido, hasta el momento, siguen unidos. Recuerdo a una estudiante que vivía con su novio de toda la vida una placentera relación de playa sin olas, donde ambas familias esperaban con beneplácito el momento de la boda, pero que sin embargo, compartía íntimamente con otro muchacho las marejadas de pasión que la hacían sentir llena de placer cada vez que se encontraban adonde quiera que pudiesen. La decisión de mi paciente fue enfrentar al novio y a la familia y al amante y terminar con ambas relaciones. Recuerdo a esta otra mujer, ama de casa, con una serena vida de pareja, que inició una relación con un hombre de otra raza y su peor pesadilla fue salir embarazada sin saber realmente quién era el padre de su bebé. Decidió tener a su hijo, y enfrentar las consecuencias, era hijo de su esposo. Su decisión fue divorciarse y seguir con su pasión. Este otro paciente, un hombre casado, profesional de renombre, con dos hijas ya casadas, enfrentó la pasión con otro hombre, dándose cuenta de que se había ocultado en el closet de protección que había sido su hogar. Luego de varias y prolongadas sesiones, decidió hablar con su esposa e hijas y pidió el divorcio. No continuó con la otra persona, aunque eventualmente pudo establecer otra relación que continúa hasta ahora.

Hombre o mujer, el género en realidad no es la diferencia, cada situación de vida es única y excepcional, y cada persona tiene que encontrar su propio camino en la individuación. Si te encuentras entre estas dos fuerzas que te están haciendo sentir que no puedes más, busca ayuda, en tí está la clave para hacerlo y al final sabrás que lo que quiera que decidas, lo hiciste con tu corazón y tu razón sabiendo que fue lo mejor para tí.

jueves, 25 de junio de 2009

Secretos Escondidos

Luego de muchos años de escuchar personas que buscan ayuda en terapia, sé que siempre guardan secretos. Inaceptables e inconfesables, van corroyendo el alma. Las personas sienten que en este momento de sus vidas, portan un peso tan insoportable, que inconscientemente y por cualquier motivo, buscan ayuda terapéutica. Luego de comenzar el proceso, y muy poco a poco, comienza a soltarse el rollo de angustia y confusión que es el verdadero nudo traumático. El motivo aparente por el que buscaron ayuda terapéutica, va quedándose atrás y en ocasiones, se resuelve por sí mismo. El otro, el secreto, lo innombrable, surge lento y emerge cuando la mente consciente está preparada para hablarlo y en el habla y en el poder que contienen las palabras, está la sanación.

Cuando en la vida de las personas hay secretos, la mente tiene dos formas de seguir viviendo con ellos. Una es la supresión, la otra es la represión. Ambas te ayudan a calmar la angustia y la desesperación que te causaron. Con la supresión, evitas enfrentarlos en tu diario vivir, aunque sabes que está ahí, metido detrás de la cortina. Tú percibes la sombra de lo oculto. La supresión alivia. En cualquier momento, y como si fuera una cosa con vida propia, el secreto te mueve la cortina para que no olvides que está ahí escondido.

La represión es el mecanismo de defensa que utilizaste para que, ni en tus peores días y noches, tu mente consciente lo supiera. Ha sido tan eficaz, que tú nunca percibiste la represión. Lo terrible es lo desastroso que hubiera sido saberlo, por eso, lo mandaste a lo más recóndito de tu baúl de recuerdos de polvo y telarañas. Jamás, lo habías sospechado. Tú, la persona que enfrentas la vida con valentía y decisión, arrojo y seguridad, nunca supusiste que guardabas ese terrible secreto. Sin embargo, y aparentemente de momento, tuviste una situación que te movió el falso soporte en que se apoyaba toda tu existencia. Un olor a podredumbre comenzó a filtrarse desde tu inconsciente portando la sensación de que en tu vida había algo oculto y putrefacto. Entonces, comenzó tu angustia. Te llegó una enfermedad, o una depresión, o una ansiedad generalizada. Tienes ciertos sueños terribles. O reaccionas con esas inesperadas palabras llenas de furia inexplicable. No tienes idea de qué está pasando contigo. En ocasiones, esas cosas no guardan relación con tu perfecta Máscara creada. Es lo reprimido que surge, es tu secreto.

Si esto es lo que vives en este momento, busca ayuda, limpia ya de una vez eso tan terrible que es tu secreto. Te recomiendo que lo hagas con entereza compasiva. Lo que quiera que haya sido, ya rompió el cerrojo y airearlo te dará la plenitud de una vida completa. Estoy aquí para ayudarte.

miércoles, 17 de junio de 2009

Amores prohibidos

En mi larga escucha terapéutica he sabido de la angustia que vive una persona cuando siente que sus valores morales enfrentan la posibilidad de experimentar una relación que vaya en contra de sus valores y normas. Las fuerzas sociales, culturales, familiares y religiosas tienen mucho poder y enfrentarlas es, en ocasiones, difícil y muy doloroso. Cuando una persona se enfrenta a la fuerza de una pasión erótica prohibida, eso considerado prohibido es como un algo innombrable que llega a la existencia humana, en ocasiones de repente y con una fuerza tal, que trae paroxismos que parecería locura. Son las pasiones prohibidas.

La mujer y el hombre que enfrentan una pasión prohibida tienden a sentir sensaciones de culpa por romper con sus esquemas que en ocasiones son rígidos y se cristalizan. Aunque siempre existen diferencias, tanto el hombre como la mujer se desesperan cuando no saben resolver un conflicto que les llena la vida de deseo por un lado y de desesperación y angustia por el otro.

La pasión prohibida irrumpe igual que un volcán en erupción: arrasa, quema, destruye, devora. La vida entera de la persona que enfrenta esta sensación incontrolable se estremece con la súbita fuerza que siente que penetra su territorio como si fuera un huracán, y al pasarle por encima, la desgaja de la seguridad que representan sus valores tradicionales.

Momentos de dudas y confusión llenos de angustia son los que enfrentan las personas que se sienten arrastradas por estas pasiones prohibidas y cada persona que las enfrenta, sabe de su desesperación. Y busca desesperadamente una solución. Conocerse profunda y totalmente es la única vía para saber tomar la decisión correcta. Analizar y resolver los conflictos internos es la salida al conflicto. Si sientes que estás en un momento de duda desesperante y te sientes que no hay solución para esta situación, pide ayuda. Cuentame tu historia.

jueves, 11 de junio de 2009

Es posible que hayas sido una esposa o un esposo detestable

Es posible que hayas sido una esposa o un esposo detestable, pero eres el padre o la madre de tus hijos. La sombra personal de cada hijo va a reaccionar muy a su estilo y cuando esa energía inconsciente emerje, puede arropar su vida emocional con oleadas de rabia, frustración, dolor, culpa, resentimientos. Todos esos sentimientos y emociones surgen por la pérdida misma que en sus vidas ha significado el divorcio. En ocasiones, los hijos sufren regresiones, lo que significa que vuelven a etapas anteriores de su desarrollo porque allí se sentían con más seguridad o estabilidad; en otras otras ocasiones y dependiendo de la edad, pueden tener brotes de rebeldía, o pueden aislarse o caer en llantos inesperados, o pueden empezar a escojer otras conductas indeseables. En lamentables ocasiones llegan a expresar deseos de muerte y en sus peores consecuencias, hasta intentarlo. Es importante estar alerta y saber que todo ésto puede aparecer. De presentarse, la recomendación es solicitar ayuda terapéutica inmediata. Otra importante recomendación en especial a la madre, es que trate de mantener la vida cotidiana lo más estable posible y con esa logística diaria que provee un convivir con la disciplina habitual. La vida no termina luego de la tormenta que representa un divorcio.

El hombre, por lo general, tiende a volverse una figura más lejana en la vida de sus hijos
. En lamentables ocasiones, ni siquiera hay un compartir de fines de semana alternos y el cheque de pensión no se recibe. Hay padres responsables que continúan involucrados en la vida cotidiana de los hijos como si nunca hubiera habido un divorcio. Esta conciencia paterna es importante para la vida emocional de sus hijos. Cabe señalar que cada madre y cada padre tiene la absoluta responsabilidad de mantener una relación saludable con sus hijos de una forma adulta y madura. Si sientes que la situación por el motivo que sea, se te escurre de las manos como agua corriendo entre los dedos, busca ayuda, recuerda que estoy disponible para ti, puedes escribirme a elinaguisasola@gmail.com o llamarme 787-793-4307.

viernes, 22 de mayo de 2009

Qué hacemos con el terrible impacto recibido por la infidelidad?

En nuestra cultura la infidelidad es uno de los motivos más frecuentes que pueden incidir en divorcio. La persona que ha sido engañada siente que está siendo erosionada y como una fiera herida, tiende a reaccionar con dolor, frustración, celos, explosiones de furia y mucho coraje; en los peores de los casos caen en una depresión. La persona que valora la fidelidad y recibe el fuerte impacto de la infidelidad, siente que el engaño y la traición han roto ese cristal fino que hasta ahora era formado por la seguridad, la confianza y el compromiso en su relación. La persona engañada por la infidelidad siente que ha llegado el final de la vida de su relación y que ya nada será igual. Hay otras personas que tienen una firme creencia en la fidelidad y aunque haya sido engañada, continúa arrastrando su relación esperando por el regreso emocional, físico y sentimental de su pareja. Se esfuerza por confiar, espera que su pareja recapacite y regrese nuevamente con la esperanza que haya sido un evento ocasional y nunca más se repita. También están los que continúan la relación por los hijos, por estabilidad económica, por la religión, por la familia, por el qué dirán etc. La infidelidad sea cual sea hace casi imposible volver a experimentar aquella estabilidad saludable. La mayoría de las veces necesitamos apoyo, la ayuda terapéutica es altamente recomendable. La persona que se deja ayudar logra enfrentar la vida tomando decisiones propias con seguridad, firmeza y valentía. Sea cual sea el resultado en la ayuda terapéutica analítica se encuentra la posibilidad de sanación del dolor que arrastra la herida narcisista que porta el engaño en la vida de pareja.

viernes, 15 de mayo de 2009

Te comprometes y luego la carga te fatiga, te harta!

Los seres humanos tienden a establecer compromisos ya sean externos o internos, formales o informales. Los compromisos externos son aquellos que se relacionan con actividades cotidianas tanto de trabajo como de estudios, sociales, familiares, personales. El compromiso es un acto voluntario, se establece entre dos partes o personas y significa que además del acuerdo, tienes que cumplirlo.

En algunas ocasiones, un compromiso se siente como una obligación; cuando se siente así la persona obligada a seguir en el compromiso se siente como si estuviera arrastrando un peso que según los días y las noches transcurren se va volviendo más y más insoportable. Solamente, cuando nos hartamos y decimos “basta ya!” el peso del compromiso arrastrado, se suelta. Al soltar un compromiso que te hacia sentir como en una jaula, ya sea psicológica, física o emocional, la sensación que te llega es que por fin comienzas a respirar con libertad aun cuando las consecuencias que traiga el rompimiento del compromiso sean terribles.

Para que ningún compromiso te vuelva a hacer sentir así reserva esa entrega a comprometerte únicamente contigo y nadie mas. El compromiso más valioso que puede establecer una persona es interno con ella misma. Este compromiso es sagrado y es ese vínculo espiritual profundo que nada puede destruir. En tu psiquis se encuentra tu ser interno que es ese Yo personal. Ya comienzas a andar el camino del Sí Mismo. Este es el legado que pertenece a la herencia esencial humana y se haya en el ámbito de la conciencia. En la medida que cada persona logre establecer este compromiso sagrado con ella misma, será posible comenzar a establecer compromisos con otras personas significativas a su vida. Entonces, cada persona tiene la posibilidad de vivir con sentido, feliz y a plenitud porque se comprometió consigo misma.