viernes, 22 de mayo de 2009

Qué hacemos con el terrible impacto recibido por la infidelidad?

En nuestra cultura la infidelidad es uno de los motivos más frecuentes que pueden incidir en divorcio. La persona que ha sido engañada siente que está siendo erosionada y como una fiera herida, tiende a reaccionar con dolor, frustración, celos, explosiones de furia y mucho coraje; en los peores de los casos caen en una depresión. La persona que valora la fidelidad y recibe el fuerte impacto de la infidelidad, siente que el engaño y la traición han roto ese cristal fino que hasta ahora era formado por la seguridad, la confianza y el compromiso en su relación. La persona engañada por la infidelidad siente que ha llegado el final de la vida de su relación y que ya nada será igual. Hay otras personas que tienen una firme creencia en la fidelidad y aunque haya sido engañada, continúa arrastrando su relación esperando por el regreso emocional, físico y sentimental de su pareja. Se esfuerza por confiar, espera que su pareja recapacite y regrese nuevamente con la esperanza que haya sido un evento ocasional y nunca más se repita. También están los que continúan la relación por los hijos, por estabilidad económica, por la religión, por la familia, por el qué dirán etc. La infidelidad sea cual sea hace casi imposible volver a experimentar aquella estabilidad saludable. La mayoría de las veces necesitamos apoyo, la ayuda terapéutica es altamente recomendable. La persona que se deja ayudar logra enfrentar la vida tomando decisiones propias con seguridad, firmeza y valentía. Sea cual sea el resultado en la ayuda terapéutica analítica se encuentra la posibilidad de sanación del dolor que arrastra la herida narcisista que porta el engaño en la vida de pareja.

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